Tiene el gen viajero y éste la llevó a estudiar Turismo y Dirección de empresas. Trabajó casi 20 años en Viajes El Corte inglés, como gestora de grandes cuentas. Coincidiendo con un cambio de estilo de vida, en el que se hizo vegetariana por una cuestión de ética, sostenibilidad y respecto por los animales, dejó el trabajo de toda la vida para vivir experiencias vitales más alienadas a sus valores, que a los números y resultados. Consiguió uno de los pocos visados de trabajo que emite Japón y se marchó a trabajar en la temporada de esquí de Sapporo. Como encargada del guest service nocturno en un resort de lujo, con clientela exigente y a menudo estrambótica, desarrolló aún más su capacidad resolutiva y tomó nota de la excelencia con la que trabajan los japoneses.
Su meta era trabajar en los Juegos Olímpicos de Tokyo pero la pandemia frustró sus planes y la envió de vuelta a Barcelona, donde aterrizó en el último avión antes del cierre del país. Cuando le llegó la propuesta del TEC todo encajó y es feliz aportando su personalidad germánica a la organización y administración. Siempre está dispuesta a colaborar con una sonrisa, tanto en la oficina como en los voluntariados del Programa ACE, sobre todo en el de tenis adaptado. Es tan empática y detallista que, para compensar favores que hace a los entrenadores cuando viajan por torneos, ellos se han ofrecido como voluntarios para enseñarle a jugar al tenis en su tiempo libre.