El Club de Tenis Los Álamos de Lorca, Murcia, era su hábitat hasta que obtuvo una beca del plan ADO, creado por Carles Ferrer Salat, y se fue a vivir a la Blume de Barcelona para entrenar en el CAR de Sant Cugat. Ganó todos los campeonatos en todas las categorías a nivel nacional y el campeonato del mundo sub 16 y sub 18, hasta llegar a semifinales de Roland Garros júnior. A los 19 años dejó la alta competición a causa de una lesión de hombro generada, en parte, por el estrés emocional asociado a expectativas muy altas. Se fue a estudiar Magisterio y Educación Física a Madrid, donde le esperaba una nueva vida repleta de amigos, literatura y música, y en ese ambiente empezó a tocar el bajo.
Por su sensibilidad auditiva, le gusta el sonido rítmico del tenis, un deporte al que ama y que define como un diálogo. Trabajó como entrenadora hasta que, siguiendo su propósito vital de luchar por la causa feminista, co-creó la Women Coaching Academy (WCA), un grupo de competición con jugadoras Top 100 enfocado a dar visibilidad a las entrenadoras. Se quedó asombrada con la oportunidad que le ofreció el TEC de jugar a favor de la justicia social y climática, la igualdad salarial, la no homofobia y el no racismo. Le encanta que sea un espacio propicio a la palabra e intenta ayudar a trascender debates que considera superados para introducir otros más nuevos, como la táctica propia del tenis femenino.