En la rama paterna de su árbol genealógico más reciente, todos han jugado al tenis de forma amateur. Siguiendo la tendencia familiar, empezó a hacerlo en el Club de Tenis de Teià cuando allí estaba la academia Sánchez Casal. Estudió el Ciclo Formativo de Grado Superior de Técnicas de Actividades Físicas y Deportivas en la Escuela Industrial como puente para acceder al Grado de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (CAFD), que es lo que siempre había deseado, y simultaneó esta carrera con la de Fisioterapia en el TecnoCampus Mataró. Mientras iba a la universidad por partida doble, también trabajaba como preparador físico, se entrenaba en el gimnasio y estudiaba. Tiene el don de la gestión del tiempo y para ello la autoexigencia es su mejor baza. Empezó a desarrollarla a la vez que sus músculos, cuando entró en el mundo del fitness. Cree que esta afición ha sumado en su carrera y para transmitir a los jugadores del TEC que, con disciplina, los objetivos se consiguen.
Se sacó el título de socorrista porque, igual que el tenis, la empatía la viene de familia. Desde pequeño ha visto como en su casa se cocinaba alguna ración de más, para alguien que lo necesitara. También cómo, durante el día, su padre guarda dentro de su tienda material de personas sin hogar que duermen en la calle. Así que, cuando en el TEC se hizo la primera colecta de ropa deportiva, él no pudo colaborar porque ya había donado toda la suya.