Su deporte rey ha sido el taekwondo y por él dejó atrás Colindres, el pueblo entre Santander y Bilbao donde nació, y el contacto diario con su familia que tanto le gusta. Se aficionó al ballet hasta que a los seis años descubrió el taekwondo y en seguida congenió con este deporte coreano, cuya disciplina extrapoló al aula y eso se tradujo en muy buenas notas. Por su carácter perfeccionista y competitivo, su carrera en el taekwondo fue meteórica. Llegó muy lejos y muy alto, aunque no quiere hablar de ello para no hacer alarde. Y en eso es implacable. También porque considera que esa etapa ya está aparcada y lo que la define ahora es la Fisioterapia, la carrera que estudió a la vez que Magisterio con la especialidad de Educación Física y mientras seguía compitiendo a alto rendimiento.
Gracias a ese entreno, después pudo compaginar trabajos en el Real Club de Polo Barcelona, el Club Atletisme Gavà, el Patí Hoquei Club Sant Cugat y el Club Natació Terrassa. Además, creó su proyecto de rendimiento laboral y daba servicio de fisioterapeuta a empresas del distrito 22@ de Barcelona. Lo dejó todo para dedicarse full time a la tenista canaria Carla Suárez durante dos años, y ahora hace todo lo que está en sus manos para gestionar las cargas de los jugadores del TEC. Le encanta ver deporte en directo, a la vez que come pipas y recoge sus cáscaras, y que un proyecto tan ambicioso como el TEC sea real.