Manuel Coll

Con la gorra desencajada y su menorquín salado, aporta originalidad a Es TEC. Empezó a jugar en el Club de Tenis Ciutadella siendo muy pequeño y se le daba tan bien que a los 13 años se marchó como internado a la Blume de Barcelona. La morriña por la isla y por el que en realidad era su deporte favorito, el futbol, le convencieron para volver a casa tres años después. Jugó en los juveniles de la división balear de futbol hasta que regresó a Barcelona para estudiar INEFC. La otra opción que le tentaba era Biología, porque haber nacido en una Reserva de la Biosfera como Menorca ha sido determinante en su vida. Al acabar la carrera empezó como preparador físico, primero en el Centro de Alto Rendimiento balear y a continuación en la Rafa Nadal academy, donde aprendió de la experiencia de estar en el circuito con jugadores a los que entrenaba.

Lo que nunca había visto antes es algo con la potencia del TEC, porque considera que ofrece una base muy estable sobre la que construir y el necesario contrapunto de la formación humanística. Para él todo es un juego de equilibrios y ha encontrado el suyo propio volviendo periódicamente a su tierra, donde siente que su energía crece gracias a una mayor conexión natural. Por eso le entusiasma la idea de que el TEC esté ubicado en un parque natural y que promover el equilibrio social y el equilibrio con el entorno sean prioridades del proyecto.