Yamid

Llegó a Barcelona con 25 años, tras una semana sin dormir por el vértigo de cruzar el charco y dejar atrás su vida en Colombia. Reconoce que allí le tocó durito, sobre todo el medio año que estuvo caminando dos horas para ir a la escuela y dos más, de regreso a casa. Cuando la situación se hizo insostenible, abandonaron el campo con su hermano y se trasladaron a Cali, donde siguió estudiando y fue técnico de reparación de aire acondicionado de coches. En Barcelona hizo cursos de climatización, refrigeración y energía solar fotovoltaica hasta que una tienda especializada en tenis le dio dos semanas para aprender la laboriosa y delicada tarea de encordar raquetas. Gracias a sus habilidosas manos, que siempre lleva bien cuidadas, en ocho días había superado la prueba, por lo que consiguió el contrato y, tiempo después, el traspaso de la que ahora es su propia tienda.

Todas las mañanas está en el TEC encordando las raquetas de los jugadores y ajustando la tensión que favorece su juego y evita lesiones. Como el encordado es personalizado, conoce bien a cada jugador y tiene en cuenta los cambios de altitud en los torneos. Los viernes, cuando acaba su trabajo, se queda un tiempo extra en el TEC para escuchar la sesión de Raising Awareness Together (RAT), porque agradece poder tomar consciencia de lo que pasa en el mundo y explicárselo después a sus hijos, para que aprendan a valorar lo que tienen y ayuden a los demás.